Se dice que por allá el 200AC en China, se lanzó un bambú al fuego, se expandió el aire de su interior y explotó. Los aldeanos decidieron que era una buena manera de ahuyentar a los malos espíritus…  y desde entonces, hasta ahora, no hay fiesta que se precie, sin los espectaculares fuegos artificiales.

Verlos desde el mar, lejos de multitudes y agobios nos da una visión más amplia y global del espectáculo.

Quedaremos con tiempo en el Puerto (hora a concretar) para dar unas pequeñas instrucciones de seguridad. Zarparemos disfrutando de la puesta de sol y la navegación a vela hacia el punto mejor situado para ver los fuegos desde el mar. Acompañaremos el show con una  típica tabla de embutidos y quesos artesanos catalanes y “pa amb tomaquet” y regados con una bebida y copa de cava y coca. Al finalizar los fuegos, volveremos a puerto con toda tranquilidad.